PODERES O POTESTADES

“Estad sobre aviso para que nadie os seduzca por medio… a las máximas del mundo, y no conforme a Jesucristo porque en él habita toda la plenitud de la divinidad… y lo tenéis todo en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”

 

Colonenses 2:8/10

 

Se les relaciona con los Sheraphim, las Serpientes llameantes, la Severidad del Mundo de Yetzirah o Tercer Mundo Sefirotico.

 

Son los que se encargan de supervisar el trabajo que Dios ordena realizar. Son los guardianes del orden; los responsables de que las fuerzas involutivas no se adueñen del planeta. Vigilan el cumplimiento de las leyes para que el universo funcione de acuerdo al programa divino.

 

La ida física no podría existir en el planeta si se disgregaran los átomos, y precisamente son ellos los que representan la fuerza que sostiene el electrón que gira alrededor del núcleo del átomo. Cualquier cambio, por leve que fuera, si no tuviera la divina supervisión de los poderes provocaría un caos y la vida no sería posible de acuerdo a como la planeo Dios para nuestra humanidad.

 

Ellos se encargan de los movimientos y progreso de los mundos, calculan la distancia entre los astros, las influencias sobre coordenadas magnéticas de los sistemas; La cohesión y la reacción de los satélites y sus núcleos. Manejan los laboratorios cósmicos.

Junto con las “Virtudes”, se encargan de la correcta distribución de las energías en la Tierra. Los Poderes también trabajan en un plano astral asistiendo las almas que han abandonado su cuerpo físico y que se encuentran llenos de temor y sufrimiento por la experiencia llamada muerte. Son los que se encargan de conducir a las almas cuando dejan el cuerpo físico y se encuentran confundidos en el plano astral.

 

Las “Potestades”, cuando reciben la luz de la oración que eleva el humano para las almas desencarnadas, la transforman en una dulce emanación que como bálsamo alivia a las almas de los dolores, le tranquilizan su angustia y les quitan los temores.

 

Protegen al mundo para que no lo tomen las fuerzas involutivas; controlan a los espíritus malignos y guardan los caminos celestiales, ahuyentando al mal. Son los Ángeles que patrullan los cielos y no permiten que se infiltren las fuerzas de la oscuridad. Ellos están presentes siempre que existe una lucha para combatir el mal.

 

La luz que proyectan con su aura produce una sensación de paz, de tranquilidad, de suprema armonía. Es la luz que necesitan los seres cuando han dejado el mundo material. Se les representa con una llamante espada en su mano derecha, indicando su poder sobre las fuerzas del mal.

 

El fuego que aparece rodeándoles es la pasión de su entrega a Dios, su celo por cumplir con su voluntad; y simboliza el elemento de la purificación necesaria para ascender en el mundo espiritual. Su túnica azul es una promesa a gozar del mundo celestial una vez que se eleva el alma purificada.

 

Los Ángeles nos piden acercarnos a ellos para que conozcamos las alegrías de su mundo en donde no hay separación ni dolor y donde la muerte no existe; donde sabremos que ellos son nuestros hermanos porque todos somos hijos del mismo Padre: Dios.

 

Información del libro de Lucy Aspra “Manual de los Ángeles Vol. 1 Di sí a los ángeles y sé completamente feliz.”